7 de agosto de 2020

5 min leer

Fintech y innovación

Los efectos a largo plazo de la crisis del coronavirus para las inversiones – 2.ª parte
Nicholas Flaherty Image

Nicholas Flaherty, Investment Strategist at FWU Invest S.A.


La COVID-19 sigue propagándose y en muchos países la situación empeora, por lo que obviamente la mayoría de los inversores se centran en el "momento actual" y en cómo superar los próximos meses. No podemos decir con seguridad cuánto tiempo vamos a tener que vivir con estos titulares catastróficos, pero en algún momento se acabarán. Así pues, como parte de esta serie, vamos a empezar a reflexionar sobre los efectos a largo plazo de esta crisis más allá del futuro inmediato.


La última vez decíamos que una de las principales consecuencias de la crisis del coronavirus será que los tipos de interés se mantendrán bajos durante mucho tiempo, ya que los gobiernos están cargados de deudas enormes que deben pagar. Este es un aspecto fundamental que los inversores deben afrontar pero no es, ni mucho menos, la única ramificación importante de la crisis. Sin lugar a duda, para los inversores es mucho más trascendental el cambio en la geopolítica global que se ha visto acelerado con esta crisis.

Vamos a explicar este cambio.
Highlightbox Image - One of the most used words in economics and finance over the past generation

A partir de la Gran crisis financiera los países empezaron a comerciar menos entre sí, un proceso que se ha acelerado todavía más en los dos últimos años. Esta novedad presenta dos aspectos: En primer lugar, hemos observado un auge del populismo en todo el mundo y, por consiguiente, un mayor proteccionismo, lo que supone menos "libre" comercio. En segundo lugar, los Estados Unidos de América se cierran cada vez más en sí mismos y se vuelven aislacionistas. A lo largo de la historia, Estados Unidos ha sido el "garante" del mundo interconectado y, sin ellos, este se vuelve sin duda más frágil.

Como ya ha demostrado la crisis del coronavirus, este cambio hacia la "desglobalización" no ha hecho más que empezar y veremos un incremento del populismo/proteccionismo y unos Estados Unidos encerrados en sí mismos, como se percibe en su gran esfuerzo para empezar a romper relaciones con China.

Así pues, ¿qué significa todo esto?

Un mundo menos globalizado supone más barreras comerciales, más barreras para la inversión y más barreras para el movimiento de las personas.
En lo que se refiere al comercio y la inversión, la situación se vuelve muy interesante desde nuestro punto de vista. Con la imposición de barreras, las grandes cadenas de suministro globales tendrán que acercarse a "casa", un desplazamiento que se va a ver acelerado por la COVID-19, ya que los políticos considerarán "más seguro" que las cadenas de suministro estén más cerca de casa.

Esto quiere decir que probablemente volverá a haber más trabajo en las fábricas de Occidente en los próximos años, lo que será en general positivo para los trabajadores occidentales. Por otra parte, la mano de obra occidental es muy cara en comparación con la de los países en desarrollo y, por lo tanto, habrá una mayor necesidad de automatización.

Esto nos lleva a uno de los temas de inversión más importantes de los próximos años: el desplazamiento hacia empresas que ofrezcan soluciones de automatización. Al disminuir cada vez más la mano de obra barata de las grandes industrias, la automatización va a ser esencial para mantener los márgenes altos. Las empresas que intervengan en este proceso deben estar presentes en cualquier cartera.