Para aquellos de vosotros que habéis comenzado a pensar en el futuro y la jubilación, es probable que os hayáis preguntado cuánto dinero deberíais reservar cada mes o cada año. Sin duda, es una pregunta muy personal y potencialmente desalentadora, pero afortunadamente podemos recomendarte algunas reglas generales que te permitirán encontrar la respuesta.

Una gran regla general a la hora de presupuestar las finanzas personales es la llamada regla 50/30/20. Establece que, después de pagar impuestos, debes presupuestar de manera que el 50 % de tus ingresos se gaste en las «necesidades» vitales, es decir, pagar el alquiler, las facturas mensuales o los alimentos de primera necesidad. A continuación, el 30 % se puede presupuestar para «cosas divertidas», es decir, dinero que se destina, por ejemplo, a la suscripción a Spotify o Netflix, y también a ir a restaurantes, al cine o de compras. Después llegamos al último 20 %, que a menudo se descuida, ¡generalmente a favor de las cosas divertidas! Esto es comprensible, aunque peligroso, ya que este 20 % se dedica a tu futuro yo, que al final estará inmensamente agradecido. En otras palabras, el 20 % debe asignarse a ahorros. Este 20 % no debe ser un máximo, sino más bien un mínimo, es decir, debe presupuestarse de manera que al menos se pueda ahorrar el 20 % de los ingresos después de impuestos.

Veamos un breve ejemplo.

Digamos que tus ingresos después de impuestos son de 2 000 EUR al mes –una buena cifra redonda. Usando la regla, esto significa que debes gastar hasta un máximo de 1 000 EUR al mes en «lo necesario». Por tanto, es poco probable que puedas pagar un apartamento por 800 EUR al mes, ¡a menos que tengas la suerte de que todos tus servicios públicos y alimentos te salgan gratis!
Si te encuentras en una situación en la que te gastas, digamos, 1 000 EUR al mes en el alquiler, más servicios públicos, etc., que suman 1 300 al mes, entonces tendría sentido reducir el coste del alquiler a unos asequibles 700 EUR al mes. Pero digamos que hemos presupuestado bien y nos mantenemos exactamente en el 50 %, por lo que estamos gastando 1  000 EUR en lo básico, y tenemos 600 EUR para gastar en ocio: ¡los «caprichos»! Esto significa poder ir muchas veces al cine o incluso divertirte de compras. Por último, una vez cumplidos nuestros «deseos», nos sobran otros 400 EUR, que deberíamos dedicar a ahorrar. Parte de esto debe reservarse para «emergencias», para una situación en la que realmente necesites efectivo, ¡pero la mayor parte de estos ahorros debe invertirse para que tu dinero crezca!